Mira que resulta complicado llegar a tener una buena cartera de clientes.
Ya seas vendedor o emprendedor, muchos de nosotros hemos dedicado horas y horas de nuestras jornadas a visitas, llamadas, correos o cartas en busca de ese cliente que consiga hacernos alcanzar nuestros objetivos de ventas.
En un inicio empiezas de cero. Poco a poco vas consiguiendo que tu CRM comience a tener sentido y llenarse de nombres, teléfonos y mails.
Muchas negativas, aplazamientos en el tiempo, esperas interminables para tomar una decisión…
Años de trabajo para conseguir una cartera de clientes estables y fidelizados.
Y un día recibes una llamada. Un número desconocido de una persona también desconocida, te dice que le han dado referencias tuyas y te necesita. ¿He odio bien? ¿Alguien me necesita y no he tenido que buscarle? ¿Hoy es el día de los Santos Inocentes y quieren gastarme una broma?
No amigo, no. Estas son las bondades y beneficios de tener una cartera bien cuidada. De horas y horas de trabajo, de llamadas, de visitas… El trabajo en el área comercial no sólo tiene su fruto en ventas directas. También da lugar a recomendaciones, que tú serás el encargado en saber gestionar y transformar en negocios futuros.
Un cliente contento con nuestro servicio, nuestro trabajo, nuestros producto o servicio, es nuestro mejor aliado. Y siempre que surja con algún conocido o contacto suyo una necesidad relacionada con tu producto seguro te recomendará.
¿Quién mejor que un comprador satisfecho para hablar bien de nosotros?
¿Qué mejor contacto que alguien que previamente ya tiene buenas referencias nuestras?
¿Existe algo mejor que te busquen cuando realmente necesitan tu producto?
Tus contactos actuales son vendedores potenciales de clientes futuros. De tu buen hacer con tu cartera puedes conseguir un beneficio que a corto plazo no esperabas.
Habla con tus clientes. Incítales a recomendarte. Nadie mejor que ellos para “venderte”.
Son muchas las empresas que son conscientes del poder de una recomendación y apuestan por este tipo de nuevos contactos, premiando la fidelidad de sus clientes y obsequiándoles con fantásticos regalos por recomendarles a sus conocidos.
Ya lo decía la canción, los amigos de mis amigas son mis amigos. En ventas extrapolad a “Los contactos de mis contactos, pueden ser también mis contactos......”
Mi espacio de experiencias en el área comercial, ventas y consultoría. Anécdotas de mi trayectoria profesional como comercial y consultora: Los éxitos que he han llevado hasta aquí y los fracasos que me han ayudado a aprender.
martes, 18 de febrero de 2014
lunes, 3 de febrero de 2014
Me encanta que me mires
No me he vuelto una egocéntrica engreída que pretende ser el centro de atención….. ¡¡ Ni mucho menos !!
Pero nunca he soportado a la gente altiva, que tiene más cuello que pierna de tanto estirarse, que pretende que todo el mundo les mire y observe. La mayoría de estas personas no tienen cualidades, aptitudes ni actitudes que les haga merecedores de ninguna mirada. Suelen ser impertinentes y no tienen miedo a llevarse por delante a quien sea con tal de conseguir sus objetivos. Seguro que muchos de vosotros ya tenéis varios nombres en la cabeza….
Sin embargo existen esas otras personas discretas, que consiguen llamar la atención allá donde van por su saber estar y su saber parecer. Este tipo de personas no pretenden ser el centro de atención, pero consiguen captar todas las miradas…. Sonríen, saludan educadamente, mantienen conversaciones interesantes, piensan por ellos y por el resto, son luchadores y suelen defender el bien común sin buscar el suyo propio….
Si nos fijamos, en el mundo comercial pasa algo similar.
¿¿¿ Quién no ha conocido a aquellos comerciales que les encanta hablar de sus logros, sus victorias, sus éxitos, sus ventas, sus clientes… ??? Aquellos que están encantados de sentarse en el centro de la mesa en una gran comida con compañeros, aburriendo al personal con sus historias e historietas de vendedor…. ¡¡ A esta “fauna” comercial sí que les encantan que les miren!! Se crecen con las felicitaciones, aunque en esos logros conseguidos participasen más compañeros que ahora olvidan. Sus aires de salvar vidas les delatan por los pasillos de la empresa. Están por encima del bien y del mal. Es posible que sean grandes vendedores, pero su ego no les permite poner los pies en la tierra.
Pero ojo!! Al otro lado de esa mesa, está sentado ese otro vendedor discreto, que demuestra caminando y haciendo camino, que consigue éxitos y logros sin vanagloriarse, que es cumplidor con su trabajo y con sus clientes. Qué nunca discute, si no que dialoga. Qué hace propios los objetivos de la empresa y lucha por ellos. Qué no exige, sólo pide aquello que le corresponde. Que ayuda a sus compañeros sin pedir nada a cambio…. No le gusta que le miren, porque ser el centro de atención le puede suponer conflictos con sus colegas de trabajo y de equipo, envidias que no desea y menor rendimiento en su trabajo. Prefiere seguir ahí, al otro lado de mesa, viendo como “los otros” prestan atención a vendedor engreído que jamás les va ayudar a crecer ni ser mejores en sus trabajos, porque entonces perdería parte de falso liderazgo y mediocridad como comercial.
Así que como decía la gran Rocío Jurado, Ese Hombre que tú ves ahí, es un gran necio un estúpido engreído, egoísta y caprichoso, un payaso vanidoso, inconsciente y presumido….
Tú sólo decides a que grupo pertenecer: por qué quieres que te miren o a quién quieres mirar.
Pero nunca he soportado a la gente altiva, que tiene más cuello que pierna de tanto estirarse, que pretende que todo el mundo les mire y observe. La mayoría de estas personas no tienen cualidades, aptitudes ni actitudes que les haga merecedores de ninguna mirada. Suelen ser impertinentes y no tienen miedo a llevarse por delante a quien sea con tal de conseguir sus objetivos. Seguro que muchos de vosotros ya tenéis varios nombres en la cabeza….
Sin embargo existen esas otras personas discretas, que consiguen llamar la atención allá donde van por su saber estar y su saber parecer. Este tipo de personas no pretenden ser el centro de atención, pero consiguen captar todas las miradas…. Sonríen, saludan educadamente, mantienen conversaciones interesantes, piensan por ellos y por el resto, son luchadores y suelen defender el bien común sin buscar el suyo propio….
Si nos fijamos, en el mundo comercial pasa algo similar.
¿¿¿ Quién no ha conocido a aquellos comerciales que les encanta hablar de sus logros, sus victorias, sus éxitos, sus ventas, sus clientes… ??? Aquellos que están encantados de sentarse en el centro de la mesa en una gran comida con compañeros, aburriendo al personal con sus historias e historietas de vendedor…. ¡¡ A esta “fauna” comercial sí que les encantan que les miren!! Se crecen con las felicitaciones, aunque en esos logros conseguidos participasen más compañeros que ahora olvidan. Sus aires de salvar vidas les delatan por los pasillos de la empresa. Están por encima del bien y del mal. Es posible que sean grandes vendedores, pero su ego no les permite poner los pies en la tierra.
Pero ojo!! Al otro lado de esa mesa, está sentado ese otro vendedor discreto, que demuestra caminando y haciendo camino, que consigue éxitos y logros sin vanagloriarse, que es cumplidor con su trabajo y con sus clientes. Qué nunca discute, si no que dialoga. Qué hace propios los objetivos de la empresa y lucha por ellos. Qué no exige, sólo pide aquello que le corresponde. Que ayuda a sus compañeros sin pedir nada a cambio…. No le gusta que le miren, porque ser el centro de atención le puede suponer conflictos con sus colegas de trabajo y de equipo, envidias que no desea y menor rendimiento en su trabajo. Prefiere seguir ahí, al otro lado de mesa, viendo como “los otros” prestan atención a vendedor engreído que jamás les va ayudar a crecer ni ser mejores en sus trabajos, porque entonces perdería parte de falso liderazgo y mediocridad como comercial.
Así que como decía la gran Rocío Jurado, Ese Hombre que tú ves ahí, es un gran necio un estúpido engreído, egoísta y caprichoso, un payaso vanidoso, inconsciente y presumido….
Tú sólo decides a que grupo pertenecer: por qué quieres que te miren o a quién quieres mirar.
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