miércoles, 10 de julio de 2013

¿Te atreves a ponerte el traje de Lorenzo?

El 26 de Junio de 2013 todos los periódicos nacionales y muchos internacionales publicaban:

" Jorge Lorenzo es operado con éxito de su fractura de clavícula y probará mañana sobre la moto en Assen"

Según la noticia, en los entrenamientos del Gran premio de Holanda Moto GP, el piloto español Jorge Lorenzo, sufre un accidente y se rompe la clavícula. Le trasladan a Barcelona, donde es operado.

Hasta aquí la noticia se podría considerar normal: piloto de motos que pierde el control en los entrenamientos y tiene que ser intervenido de una clavícula rota.


La parte más sorprendente, y que ha motivado este post, es lo que ocurre después de su intervención: tras ser operado, Lorenzo toma un vuelo de regreso a Assen (Holanda). Según su equipo, se trataba del deseo del piloto "de pasar con el equipo el resto del fin de semana ".

Pero no sólo quería estar con su equipo, Jorge Lorenzo corre finalmente la carrera y se alza con la quinta posición del Gran Premio de Holanda.

Debo reconocer que por motivos personales me horrorizan las motos. No me gusta este deporte, pero ese sábado me quedé viendo esa llegada a la meta. Este chico consiguió emocionarme de verdad.

Siempre he creído en las enseñanzas que nos puede dar el deporte de alta competición al mundo empresarial. Los deportistas de élite representan el esfuerzo, el trabajo en equipo, la fijación en objetivos, el liderazgo, el control del estres, y cómo no, el compromiso.

Compromiso no sólo con ellos mismos, también con una marca, con un equipo y con una afición.

Lorenzo lloró cuando llegó a su box por el esfuerzo realizado. Consiguió esa quinta plaza en condiciones extremas. Pero quería puntuar. De no haberlo hecho sus competidores habrían tenido mucha ventaja.

Los vendedores, nos encontramos en multitud de ocasiones en situaciones que requieren más de nosotros:

¿Cuántas veces vemos que las condiciones no son favorables y lo único que hacemos es quejarnos y echar la culpa a factores externos? Es más fácil no pelear y tratar de excusarnos con motivos aparentemente no superables.

¿Cuántos se dejarían la piel por alcanzar los objetivos? Yo he conocido a muchos que no llegan a sus objetivos o no cumplen con su trabajo, pero sí que respetan su hora de salida laboral.

¿Cuántos aman tanto su trabajo y están tan comprometidos con su empresa que trabajarían incluso situaciones de dolor?

No es necesario llegar al dolor físico para demostrar nada al resto, pero sí darnos cuenta que el compromiso con nuestro trabajo, con nuestro equipo y con nuestra empresa requerirá en algunas situaciones un esfuerzo adicional y tenemos que ser conscientes hasta que punto estaremos dispuestos a entregarnos.

No quiero señalar a nadie, y soy la primera que se mira el ombligo, pero queda mucho por aprender en el mundo empresarial del deporte y de lo que significa el COMPROMISO.

¿Te atreves a ponerte el traje de Lorenzo?

1 comentario:

  1. Pues sí Eva, soy de los que no miran el reloj y siempre intento dar cada día lo mejor de mí mismo, sean cual sean las circunstancias.

    Pobre de aquel que no se vea como parte del barco que es su empresa, esa que le paga, ya que si ese barco se va a pique...

    Lo de Lorenzo ha sido un ejemplo brutal de amor propio y otro gallo nos cantaría si en las empresas hubieran muchos "Lorenzos"

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