El otro día me sucedió una situación realmente incómoda en RRSS por una mala interpretación de mis palabras.
Para mi desgracia, alguien que no me conoce dio un sentido erróneo a una de mis publicaciones y la llama se encendió. Pero lo peor de este incidente fue la consecuencia final: tener que dejar de seguir a una persona que admiraba y con la que tenía una excelente relación. Todo por no tener en cuenta que lo que publicaba podía tener varios sentidos y que a determinadas personas podría no gustar.
Esta situación me hizo pensar en la importancia de aquello que escribimos, y que muchas veces pasamos por alto.
Qué habría pasado si este incidente me ocurre con un cliente que malinterpreta un texto mío y me hace perder una venta??
Y si en lugar de un seguidor quien lee mis palabras y se ofende es un compañero con el que trabajo en equipo día a día??
Ha pasado poco tiempo y sigo dándole vueltas de la repercusión de este incidente en otros ámbitos de mi vida, fundamentalmente en el laboral.
En el mundo comercial nos preocupamos mucho por mejorar nuestras técnicas de venta, de comunicación, de negociación… pero olvidamos que parte de nuestro trabajo hoy en día está relacionado con la escritura y las palabras: escribir correos, enviar una carta, organizar presentaciones, creamos documentos….. Pero nadie nunca piensa si estamos preparados para ello y las consecuencias que puede tener. Nuestras palabras representan a nuestra empresa.
Conozco profesionales de la venta con un gran don de la palabra, pero cuando intentan trasladarlo al papel la persuasión y sutileza de su voz se transforma en un conjunto de letras sin sentido.
Hoy en día en ventas tan importante es hablar como escribir. Pero, quién se preocupa en contrastar si un comercial sabe o no redactar un texto?
Y al igual que un comercial, cualquier empleado de nuestra organización que tenga que escribir un mail, documento o carta dirigido al exterior de la empresa. Nuestra imagen acompaña a esos textos.
Cuando hablamos, las palabras se las puede llevar el viento. Cuando las escribimos, las palabras son perpetuas y libres de valoración por aquel que las lee.
Cuidemos nuestro vocabulario, nuestra ortografía, nuestra sintaxis… procuremos hacer más agradable a nuestros clientes, seguidores, compañeros o amigos la lectura de nuestros textos. Pensemos y perdamos tiempo es escribir. Porque no existe nada más bonito y más valioso que la palabra. Pero la palabra bien utilizada.
Excelente post Eva, estoy al 100% de acuerdo con lo que escribes y comentas en este artículo, pero existe una variable que no está en nuestra mano, que es la libre interpretación de nuestro interlocutor, pues aunque comuniquemos bien por escrito, sin faltas de ortografía y de expresión y con los signos de puntuación bien usados, siempre quedará la interpretación de aquel a quien va dirigido.
ResponderEliminarUn saludo
Julio
Julio, Gracias por tu comentario. Sabes que siempre agradezco tus palabras!! Ya sabemos que la interprestación del resto, sobretodo en redes como twitter en la que estamos expuestos a muchas personas desconocidas, no es controlable. Lo que tenemos que tratar es escribir correctamente, pensando en qué queremos decir y cómo vamos a decirlo, para no ser ambiguos y evitar malos entendidos. Feliz día!!
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